El voluntarismo, también conocido como voluntarismo, es una filosofía política que defiende el principio de asociación voluntaria en la sociedad. Aboga por una sociedad donde todas las relaciones y transacciones se basen en el consentimiento voluntario y mutuo en lugar de la coerción o la fuerza. Los voluntaristas argumentan que todas las formas de intervención y regulación gubernamental infringen la libertad individual y, por lo tanto, deben evitarse. Creen que el orden social puede lograrse y mantenerse a través de acuerdos y contratos voluntarios entre individuos.
Las raíces del voluntarismo se pueden rastrear hasta las ideas de pensadores liberales clásicos como John Locke y Adam Smith, quienes enfatizaban la libertad individual y los mercados libres. Sin embargo, el término "voluntarismo" en sí fue utilizado por primera vez en este contexto en el siglo XIX por economistas británicos partidarios del libre mercado como Auberon Herbert y Herbert Spencer. Ellos argumentaban en contra de la intervención estatal en asuntos económicos y promovían los intercambios voluntarios como base de una sociedad libre.
En el siglo XX, la filosofía del voluntarismo fue desarrollada aún más por pensadores libertarios como Murray Rothbard y Robert Nozick. Ellos ampliaron las ideas de sus predecesores, argumentando no solo a favor de la libertad económica, sino también por la abolición del estado en sí mismo. Propusieron que todos los servicios tradicionalmente proporcionados por el estado, incluyendo la aplicación de la ley y la defensa, podrían ser mejor proporcionados por el libre mercado.
El voluntarismo ha sido influyente en el desarrollo del anarcocapitalismo, una filosofía política que combina los principios del anarquismo con el capitalismo. Los anarcocapitalistas, al igual que los voluntaristas, abogan por la eliminación del estado y el establecimiento de una sociedad basada en intercambios voluntarios.
A pesar de su influencia, el voluntariado sigue siendo una filosofía marginal, con pocos seguidores en comparación con las ideologías políticas predominantes. Los críticos argumentan que una sociedad basada únicamente en intercambios voluntarios no sería capaz de satisfacer las necesidades de los más vulnerables y podría llevar a una desigualdad social significativa. Sin embargo, los voluntarios contraargumentan que la caridad voluntaria y la ayuda mutua podrían abordar estos problemas de manera más efectiva que la intervención estatal.
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